BCCPAM000526-2-20000000000000

CONFERENCIA TRIGÉSIMA SEGUNDA 251 otras palabras que el ministro del Señor os diri- girá al tiempo de poner en vuestras manos la vela encendida: «Recibe hermano—os dirá—la luz de Cristo, en señal de tu inmortalidad, para que muerto al mundo, vivas para Dios, huyendo las obras de las tinieblas. Levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo.» Todo eso debe: recordaros el santo hábito que ahora vais á vestir y con esos sentimientos debéis llevarlo, dispues- tos resueltamente á conformar la conducta de: vuestra vida con lo que él significa. Por consi- guiente, hermanos míos, de hoy más habéis de renunciar al mundo y menospreciar sus pompas y vanidades, siendo modestos en el vestir, humildes en vuestro trato, parcos en las comodidades y di- versiones, caritativos con el prójimo, piadosos para. con Dios, frecuentando los Santos Sacramentos, asistiendo, cuanto más os sea posible, al Santo Sacrificio de la Misa, y cumpliendo con fidelidad los rezos que la Regla os prescribe; de hoy más. debéis estar dispuestos á ser católicos fervorosos, enemigos de todo error contrario á nuestra santa fe; puros en vuestras costumbres públicas y pri- vadas, edificando á todos con el ejemplo de una vida verdaderamente cristiana, en suma: desde este momento en que os alistáis en la milicia de San Francisco de Asís, debéis tomar á este glo- rioso Patriarca como modelo de vuestra perfec- ción, imitando, de algún modo, sus heroicas vir- tudes y asombrosa vida. Semejantes en esto al soldado que tiene fija su

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz