BCCPAM000526-2-20000000000000

CONFERENCIA TRIGÉSIMA PRIMERA 233 AA razón, cuanto que la devoción á esta Soberana Reina es el genio característico de las Órdenes Franciscanas, y el distintivo especial de su espí- ritu. Por esto quisiera, hermanos terciarios, per- suadiros, por medio de esta conferencia, de que sin una acendrada y tiernísima devoción á María Santísima, nadie puede gloriarse de poseer el espíritu franciscano, que es eminentemente Ma- riano. ¡Haga Dios Nuestro Señor que mis palabras enciendan en vuestros corazones ardentísima llama de amor á María, lo cual sería para mí la más grande satisfacción y la mejor recompensa de mi trabajo! —Ave María. Sin ser precisamente una virtud especial, sino sólo uno de los actos más excelentes de la piedad, la devoción á la Madre de Dios es condición indis- pensable de la vida cristiana, es constitutivo nece- sario de la santidad y perfección católica. De suerte, que no sería católica aquella perfección que prescindiese por completo de la devoción á María Santísima, ni santidad genuinamente cristiana la que no llevase la contraseña de esta misma de- voción. «La devoción á la Madre de Dios no es un mero ornato del edificio católico, ni mucho menos una especie de añadidura, ni tampoco un mero auxilio que voluntariamente podamos utilizar ó no como otro cualquiera, sino que es parte integrante

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz