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o 204 DEL DESPRENDIMIENTO reduzca, en pocos días, á una situación extrema- damente precaria al terciario, honrado obrero que con su trabajo, era el apoyo de su casa 6 familia. En este caso, muy justo es que los pri- meros socorros los reciba de sus propios hermanos en San Francisco, y, por consiguiente, ningún terciario debe dejar de esforzarse para contribuir en la medida que pueda á esta obra de fraternal caridad. II Mas no sólo para socorrer á los pobres en- fermos de la congregación ha de servir la genero- sidad y desprendimiento de los terciarios, sino para atender además á las obras, bien de carácter religioso, bien de carácter social, que sostiene su congregación. Y primeramente el decoroy bri- llantez del culto divino, según lo ordena la Regla. La O. T. tiene por objeto, como repetidas veces hemos dicho, fomentar entre los suyos la piedad, el fervor religioso como medio para arrai- gar en el alma la fe, la esperanza, la caridad é indu- cirla á la práctica de las demás virtudes cristianas y, aún más, de los consejos evangélicos, en la forma que á cada uno es dado practicarlos. Para esto acostumbran las congregaciones á celebrar, aparte de las funciones mensuales, otras más solemnes y extraordinarias, como es el Quinario en honor de las Llagas de San Francisco ó Nove- nario y fiesta del mismo, ejercicios espirituales,