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CONFERENCIA VIGÉSIMA NONA 203 falta de generosidad y desprendimiento de los ter- ciarios, no pudiera, la congregación á que perte- necen, socorrer á los asociados enfermos, que acaso se encuentran en extrema necesidad. Nadie crea, sin embargo, que la V. O. T. es una asociación de caridad destinada directamente ásocorrer á los enfermos y menesterosos; pues no es este el fin de su institución, sino otro muy distinto y más elevado, cual es el de proporcionar á susindividuos medios eficaces para preservarlos de la corrupción del mundo y santificarlos en su propio estado. Por eso está prohibido recibir en ella á los pobres de solemnidad, á los que no tienen otro modo de vivir que la caridad pública. De suerte que el terciario no tiene derecho á exigir que su congregación le socorra en su po- breza ó enfermedad; sólo á título de hermandad podrá esperar esto que, en todo caso, jamás será una obligación de justicia de parte de la O. T., sino puramente un oficio de caridad cristiana, una atención muy propia de los que viven unidos espi- ritualmente y forman una familia religiosa. Mas con todo, insistimos en lo que hemos dicho anteriormente, es á saber: que los terciarios, como buenos hermanos, deben ayudarse mutuamente, y en caso de enfermedad ó pobreza socorrerse según sus facultades. Porque aunque es cierto que las personas que únicamente viven de la limosna no deben ser admitidas en la O. T., puede suceder que, un revés de fortuna ó una larga enfermedad ó cualquier otro accidente desgraciado de la vida,
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