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188 DEL SACRIFICIO DE LA MISA «Los caminos de Sión lloran porque ya nadie acude á sus solemnidades» (1). Vosotros que pertenecéis á una Orden que ha tenido siempre por lema de su bandera y fin prin- cipal de su institución, restaurar todas las cosas por medio de la piedad cristiana, debéis mostrar grande empeño en restablecer la antiquísima cog- tumbre de oir diariamente la Santa Misa, persua- didos de que ésta es la devoción más impregnada del espíritu del Evangelio, y la que más eficaz» mente despierta en las almas sentimientos de ver- dadera fe y sólida devoción. Comenzad, pues, vosotros por asistir todos los días al Santo Sacri- ficio de nuestros altares; preferid esto á cual- quiera otra obra piadosa, y no dejéis jamás de asistir á ella por motivos mezquinos y pretextos interesados, como hacen ciertos cristianos de poca fe y menos piedad, que temen menoscabar sus intereses si emplean una media hora escasa en oir Misa cada día. No temáis, terciarios, no sufri- rán quebranto vuestros negocios, ni se atrasarán las labores de vuestros campos, ni recibiréis el más insignificante perjuicio en vuestras empresas y negocios, por el tiempo que habréis empleado en asistir al Santo Sacrificio de la Misa; antes al contrario, estad firmemente persuadidos de que todas vuestras cosas prosperarán de una manera maravillosa, en aquel tiempo que habréis gastado en oirla; y que Dios bendecirá vuestros intereses (DD L4