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184 DEL SACRIFICIO DE LA MISA a +. bable: es al contrario, la doctrina dogmática de la Iglesia, enseñada en sus concilios; es la tradición constante de los Padres y Doctores del Catoli- cismo, es la creencia universal de los siglos crig. tianos que levantaron para celebrar el Sacrificio de la Misa suntuosos templos, magníficas catedra- les, y más que todo, guardaron para este divino Sacrificio, todo el amor de sus corazones y las adoraciones más profundas de su espíritu. Sí, amados terciarios, la Misa es el mismo Sacrificio del Calvario; únicamente es distinto el modo de ofrecerlo (1). Porque Jesucristo se ofre- ció en el Calvario entre los tormentos, por el derramamiento de su preciosísima sangre y murien- do realmente; mientras que en nuestros altares se ofrece de una manera incruenta y por un modo místico que representa su muerte. En la Cruz se ofreció Jesucristo personalmente; en la Misa lo hace por el ministerio de los sacerdotes. La inmo- lación y oblación de la Cruz se verificaron sin ningún velo ó figura en la humanidad santísima del Redentor, y en el altar la oblación exterior de esta Víctima, se hace bajo las especies visibles de pan y de vino, resultando, por consiguiente, una inmolación mística y sacramental. Mas no por esta diferencia pierde en cosa alguna la Misa respecto al Sacrificio de la Cruz; no por esto le es inferior en mérito y excelencia, sino que tiene los mismos gloriosísimos títulos, y las mismas valiosísimas (1) Concil. Trident., sess. XXI!
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