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CONFERENCIA VIGÉSIMA QUINTA 137 ———_—— PAN pas A sin el apoyo decidido, sin la cooperación eficaz de los católicos, sin el desprendimiento de los que pueden y sin constantes sacrificios de parte de todos en favor de la prensa católica. Esta es, pues, terciarios, la obligación que tenéis para con la buena prensa: prestarle auxilio, ayudarla según vuestra posibilidad, apoyarla para que pueda hacer frente á la prensa enemiga de Dios y de su Iglesia. Por poco que podáis, por grande que sea vuestra pobreza, no hay duda que algo podréis hacer en este sentido. Estad persuadidos que ayudar al sostenimiento de la buena prensa es la obra más meritoria que podéis realizar y la que da resulta- dos más prácticos. Escribíaá este propósito un eximio religioso (1): «Las mejores limosnas, los mayores legados, los principales sacrificios debían ser para la prensa católica... La limosna por exce- lencia en los tiempos actuales es la que se hace á la prensa católica.» Y con esto termino, amados terciarios, por no alargar más esta conferencia, lo que me había pro- puesto deciros acerca de la conducta que debéis observar para con la mala prensa y para con la buena. Sea, pues, vuestro lema: ¡guerra sin tregua á la mala prensa! ¡Apoyo decidido, favor y pro- tección desinteresada á la buena prensa, campeón esforzado de la causa de Dios! Desde hoy más á trabajar todos á una para hacer el vacío á los malos periódicos en sus listas de suscripción y en (1) El P. Ortiz en el Mensajero del Corazón de Jesús.