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122 EL TERCIARIO Y LA PRENSA An os dores y los sociólogos más eminentes de la época moderna, todos los cuales convienen en afirmar que la prensa es hoy día el arma más poderosa de combate, el medio indispensable para formar la opinión pública y arrastrar las muchedumbres en determinadas direcciones, la que fortifica 6 des- truye la familia, la que pervierte las costumbres ó fomenta la moralidad en los pueblos, el elemento más poderoso para propagar la verdad ó el error, la impiedad ó la religión, y, en fin, que la prensa es, en los tiempos actuales, como el cerebro de la humanidad por el que piensan y discurren la ma- yoría de los hombres. Y nada ciertamente tendríamos que alegar contra el colosal imperio de la prensa, si su poder se hubiera empleado en propagar la verdad, fo- mentar las buenas costumbres, arraigar la fe y los sentimientos religiosos, y divulgar entre los hombres todo aquello que sirve de base al engran- decimiento y prosperidad material y moral de los pueblos. Pero desgraciadamente, no es así: «la prensa—como decía un venerable Prelado (1) en una carta Pastoral —está hoy de una manera espe- cial dedicada á propagar el error, halagar las pa- siones y fomentar todo género de vicios; es el medio más eficaz que se emplea para trastornar las ideas, debilitar y extinguir la fe y destruir con ella los motivos que sostienen las buenas costum- bres.» Por esta razón el poderío de la prensa es (1) El Sr. Obispo de Plasencia.