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CONFERENCIA VIGÉSIMA CUARTA 107 cosa sea capaz de borrarlos. El hogar doméstico: ha de ser el misterioso taller en donde se moldeen los corazones de los hijos, tomando formas vir- tuosas que los hagan aptos para ser en la sociedad elementos poderosos de moralidad; allí se ha de formar el alma del futuro sacerdote, del guerrero, del sabio, del artista cristiano, del magistrado y todos los demás que han de intervenir en el engrandecimiento y prosperidad material, política y religiosa de los pueblos. ¡Cuán grande y trascendental es la misión confiada por Dios á la familia! ¡Cuán importantes y benéficas son las funciones que ha de ejercer para con la sociedad! ¡Oh, carísimos hermanos, si esto se meditara como es debido, qué otro sería el cuidado y diligencia que pondrían los padres en el gobierno de sus casas y en la educación de sus familias! Pero, desgraciadamente, pocos son los que con- sagran su atención á este asunto interesantísimo, que es de vida ó muerte para las naciones. Una gran mayoría, preocupándose grandemente del bienestar material de la familia, descuidan de la manera más lastimosa su educación moral y reli- giosa, considerándola como cosa muy secundaria, cuando en realidad es la principal y la base de todo engrandecimiento y prosperidad. Tristísimo es haber de confesarlo, pero es un hecho desconso- lador y harto frecuente en nuestros días: muchas familias, quizá sin darse cuenta, profesan una es- pecie de ateísmo práctico mucho más perjudicial