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48 EXCELENCIA DE LA Y, O. T. Iglesia la V. O. T., tan grande era la estima que de ella tenía y el aprecio que hacía del cordón y hábito de San Francisco. Y esto mismo sienten las almas de fe y de verdadero espíritu cristiano; todas han estimado á la O. T. de Penitencia como obra de Dios, como inspiración celestial, como medio eficacísimo para llevar las almas á Jesucristo. El bienaventurado cura de Ars solía decir: «Que el medio más poderoso para corregir las malas costumbres é introducir en una parroquia la sólida piedad, esla O. T. de San Francisco.» De todo lo dicho claramente se deduce la bon- dad, el mérito y excelencias de la V. O.T., que es lo que me proponía demostrar en esta conferencia. No es, pues, locura la V. O. T., como la juzga el mundo, y si lo es, será sin duda aquel género de locura que salvó á la humanidad de su ruína y descubrió á los hombres sendas de luz y tesoros infinitos de misericordia. Estimad, pues, amados terciarios, vuestra vo- cación; miradla como un don de Dios y un singula- rísimo beneficio y como una señal de predesti- nación. Trabajad constantes por el decoro de vuestra Orden y por su difusión en el mundo, pues, como decía el inmortal León XIII, «trabajar por ¡a propagación de la O. T. es promover una obra de grandísima utilidad religiosa, moral y social; es propinará la sociedad un remedio eficaz que ataje los males que la aflijen, es trabajar por establecer en la tierra el reinado de la virtud y particular- mente el de la caridad.>