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42 EXCELENCIA DE LA Y, O. T. la primera (1) de las terceras órdenes seglares y la que sirvió de modelo á todas las que posterior- mente se establecieron. No pretendo con esto, en manera alguna, re- bajar el mérito y excelencias de las demás órdenes terceras; sólo he querido hacer constar esta glo- riosa prerrogativa de la T. O. Franciscana, porque ella la enaltece sobremanera y la comunica una dignidad muy extraordinaria. Ensálcense y sean publicados en buena hora los títulos gloriosos y las excelencias de las otras terceras órdenes, admí- rense sus hermosos frutos y brillantes resultados, pondérese la multitud de gracias y privilegios de que están enriquecidas; pero reconózcase que á todas aventaja la O. T. de San Francisco por su antigúiedad, por su gloriosa historia, por los rele- vantes servicios prestados á la causa de la Iglesia y por las especialísimas muestras de predilección que en todos tiempos ha recibido de la Silla Apos- tólica. II Sobradamente demuestra todo lo dicho, la bondad y excelencia de la O. T.; pero queremos (1) En efecto, la T. O. de San Francisco fué aprobada por Nico- lás IV en 1289: la de los Dominicos, por Inocencio VII, en 1405; la de los Agustinos, por Martin V y Eugenio 1V, en 1417 y 1431; la de los Padres de la Congregación de María, en 1424, siendo Papa Martín v; la de los Carmelitas, en 1470, por Sixto IV, y la de los Padres Minimos, en 1506, por Julio Il; resultando que la aprobación y confirmación de la Regla Tercera de San Francisco se hizo 116 años antes que la de Santo Domingo, que es la primera y más antigua después de aquélla,