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CONFERENCIA SEGUNDA 25 Italia recomendando el nuevo instituto y defen- diendo á los hermanos terceros de las calumnias de sus detractores. Y según se desprende de los documentos de los mencionados Pontiífices, los terciarios eran ya innumerables, formando todos ellos un ejército aguerrido y tan bien disciplinado de que, al decir de los historiadores, pusieron en aprieto á los enemigos del Pontificado, por cuyo motivo el Papa Gregorio 1X no dudó apellidar á los terciarios «Macabeos de la Nueva Alianza.» Es lo cierto que en aquel entonces hubo ya de padecer honrosa persecución, por defender los derechos de la Santa Sede, la heroica terciaria é inocente virgen Santa Rosa de Viterbo, desterrada con toda su familia por Federico H, usurpador de los derechos de la Iglesia y cruel perseguidor de los pontífices. II Italia fué, como ¡acabamos de ver, la primera que experimentó el benéfico influjo de la O. T., y donde más prontamente se propagó. Lo cual á nadie puede sorprender, teniendo en cuenta que la nueva institución tuvo su cuna en esa afortu- nada tierra y que era además obra de Francisco de Asís, el más preclaro de sus hijos. Mas bien pronto se extendió á otras naciones de Europa, para producir allí frutos análogos á los que habían cosechado los pueblos italianos. Como el árbol plantado en tierra fértil crece

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