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20 DESARKOLLO DE LA V. O. 7 asunto voy á tratar precisamente en esta confe- rencia, carísimos terciarios, no dudando que ha de ser muy de vuestro agrado. Para circunscribir el tema que me propongo desarrollar, os diré: que la V. O. T., mirada desde el punto de vista de su propagacióa, apa- rece grande y majestuosa.—Ave María. La humildad y sencillez que rodearon la cuna de la V. O. T., forman hermoso contraste con la pasmosa y extraordinaria rapidez de su propa- gación. ¿Habéis visto, en efecto, como la chispa que cae en un seco cañaveral se apodera prontamente de todo él, produciendo voraz incendio que lo reduce á cenizas? Pues de este modo, la O. T. cual centella desprendida del abrasado corazón del Serafín Humanado, se apoderó de los pueblos de la Edad Media y no tardó en levantar en ellos llamas de fervor religioso que redujeron á cenizas la escoria de los vicios é hicieron brillar el oro de la caridad. Tan extraordinario y rápido fué el desarrollo de la V. O. T., que bien pudo ella, á poco de aparecer en el mundo, repetir la expre- sión del famoso apologista de los mártires: «Soy de ayer y lleno ya los ámbitos de la tierra, y mi gran familia la forman gentes de todas las nacio- nes, de todas las lenguas, de todas las razas y de todos los estados y condiciones de la sociedad.»