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CONFERENCIA DÉCIMASEXTA 257 mento que ha adquirido la pasión del lujo en todas las clases sociales; lujo en los vestidos, en los muebles, en las habitaciones y en la comida; lujo desenfrenado que arruina á los grandes y llena de desesperación y de rabiosa envidia á los peque- ños; lujo, en fin, que es causa de innumerables injusticias, y con harta frecuencia, de la pérdida del honor, y siempre manantial fecundo de pertur- baciones y disgustos en la familia. II Ahora bien, ¿cuál será el remedio eficaz para atajar un mal tan desastroso? Para nosotros los católicos la respuesta no es dudosa. El remedio eficaz y único contra la pasión del lujo, como contra todas las pasiones que degradan al hombre y llenan el mundo de desór- denes, nos lo ofrecen las doctrinas católicas. El Evangelio, con sus celestiales máximas de humil- dad, de mortificación y caridad; el espíritu de Jesu- cristo, que inclina á la abnegación, á la sobriedad, al desprendimiento y hace florecer en las almas las virtudes morales. Por haberse apartado la moderna sociedad de estas salvadoras enseñanzas, por haber dejado de influir en las costumbres el espíritu del Evangelio, por haberse abandonado la práctica de las virtudes cristianas, han adquirido tanto crecimiento y han alcanzado en nuestros tiempos tan grande predominio las tres malignas concupiscencias engendradoras del lujo, la sober-