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CONFERENCIA DÉCIMASEXTA 251 ¿A lo a a prescripciones, tiende muy principalmente á in- fundir en los terciarios estos sentimientos, prohi- biéndoles todo exceso mundano, apartándoles de los peligros del siglo y aconsejándoles aquellos medios que son más eficaces para mantener la moderación cristiana en todos los estados y en todas las circunstancias de la vida. Una de esas saludables prescripciones es la que se refiere á la modestia y sencillez con que han de vestir los terciarios, conforme á la humildad de la Orden de Penitencia á que pertenecen, la cual prescripción dice textualmente: «Los individuos de la O. T., desechando toda elegancia excesivamente dispen- diosa en el porte y en el vestido, observarán la moderación que á cada cual corresponde.» El objeto de la presente conferencia es haceros unas sencillas reflexiones sobre este estatuto de vuestra Regla. Al efecto, hablaré primero, del lujo y sus perniciosas consecuencias, tratando en se- gundo lugar, de la moderación en el porte y en el vestido prescripta por la V. O. T. á sus indivi- duos.—Ave María. I «Todo lo que hay en el mundo—decía el Após- tol San Juan—es concupiscencia de la carne, con- cupiscencia de los ojos y soberbia de la vida.» Omne quod est in mundo concupiscencia carnis, concupiscencia oculorum, et superbia vite (1). (1) 1,0, 16,