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10 ORIGEN DE LA V. 0. T. e inmediato que tuvo la O. T.en la época de su fundación, del fin general que ella tiene nacido de la índole de su propia naturaleza. Porque el pri- mero dió á esta institución una oportunidad de momento; pero el segundo la hace provechosa para todos los tiempos. En cuanto á su fin inmediato, es indudable que fué remediar los desórdenes de su siglo. San Francisco la estableció directamente para reparar con ella las quiebras sufridas en la fe y en las buenas costumbres por los pueblos de la Edad Media; poner término á sus luchas civiles y dis- cordias domésticas, robustecer el principio de au- toridad y estrechar los lazos de la familia, acabar con los excesos del feudalismo y poner las bases de la democracia cristiana, restableciendo, por este medio, en la sociedad y en la familia, el imperio de la paz y el reinado de la justicia, alte- rado por la tiranía de unos, por el egoísmo de otros y por la falta de moralidad y espíritu cris- tiano en todos. Confírmanos en esta persuasión el mismo texto de la Regla escrita por el Seráfico Patriarca para la mencionada Orden. En efecto: vénse allí sabias disposiciones admirablemente adecuadas á las necesidades de aquella época y muy eficaces para corregir sus tendencias malsanas y los vicios de que principalmente adolecía. Y así: contra las enemistades, pendencias y discordias tan frecuen- tes en aquel entonces, establece el deber ineludi- ble de otorgar generoso perdón á los enemigos