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hrs e a a a a a 5 na aan an rana an a na nn A a o > e 242 PROFESIÓN hasta puede conseguir la total remisión de la pena merecida por sus pecados, mediante la indulgen- cia plenaria que la Iglesia le otorga en aquel acto, Dios que se complace en todo buen deseo y que mira benignamente á los que renuevan sus propósitos de servirle, no hay duda que se alegrará de ver postrado ante el altar santo á un cristiano que no sólo renueva la obligación de observar los Divinos Mandamientos, sino que además promete voluntariamente la guarda de la Regla de los ter- ciarios, para vivir más ajustado á las máximas del Evangelio y seguir más de cerca á Jesucristo. Y siendo Dios tan generoso en recompensar los más pequeños sacrificios que por su amor se hacen, ¿dejará de colmar de sus gracias al que promete serle más fiel y que por su amor se obliga expon- táneamente á apartarse de las vanidades y pasa- tiempos mundanos? Sí; no hay duda que el terciario el día de su profesión recibirá especiales favores si se prepara convenientemente para este acto. Además de lo dicho, la profesión afilia al terciario definitivamente á la O. T., capacitándole para participar no sólo del inestimable honor de ser hijo de San Francisco, sino también para disfrutar de todos los bienes espirituales de las familias Franciscanas y gozar de las indulgencias, méritos y privilegios de la suya en particular. Con lo cual el terciario tiene derecho á esperar auxilios más copiosos y socorros más eficaces en sus necesidades y peligros por la intercesión de su Bienaventurado Patriarca, por los méritos de

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