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236 PROFESIÓN discutir, habiéndolo declarado así la Iglesia repe- tidas veces, y prescrito formalmente en la Regla con estas terminantes palabras: «Así los hombres como las mujeres que entren en la O. T. harán un año de noviciado y enseguida, profesando en la Orden debidamente, prometerá cada cual guardar la Ley de Dios, ser obedientes ála Iglesia y satis- facer si faltasen á lo que han profesado.>» Pero ¿en qué consiste esa profesión y cuál es su naturaleza? Desde luego, para responder á esto, os diré, amados terciarios, que vuestra profesión es un verdadero acto religioso muy agradableá Dios, es una consagración que hacéis de vuestra vida á su santo servicio, es un compromiso volun- tario hecho por vosotros, sin obligaros á culpa alguna, mediante el cual prometéis á Dios guar- dar sus Divinos Mandamientos y los de su Iglesia; observar la Regla de la T. O. y satisfacer, con la penitencia que os imponga el Visitador, por las transgresiones. La naturaleza de esta profesión es enteramente distinta de la que hacen los religio- sos: porque la de éstos consiste esencialmente en los tres votos de obediencia, pobreza y casti- dad que los fija de una manera irrevocable en el estado religioso y les obligan á culpa grave y les imponen el deber de caminar á la perfección con otras muchas obligaciones propias del estado reli- gioso, mientras que nada de esto es la profesión del terciario ni exige cosa alguna de estas. El terciario al profesar no hace voto alguno y ni siquiera una promesa solemne obligatoriaá
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