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226 NOVICIADO A terciario para alcanzar la santidad de su estado, como son la oración, el examen, la recepción de los Sacramentos y otras cosas semejantes. El no- vicio terciario debería estar instruido en todo esto antes de su profesión, á fin de que, al hacerla, pudiera desde luego observar la piedad y honesti- dad de vida que requiere su nuevo estado. Léanse, para esto á los novicios, la Regla, la vida del Se- ráfico Patriarca, las glorias de la O. T., alguna revista franciscana, libros que enseñen la sólida piedad, y con esto aprovecharán el año de novi- ciado, se formará su espíritu en las máximas de la perfección seráfica y serán terciarios de verdad, II Pero no basta que el noviciado se halle bien organizado ni que en él encuentren los novicios terciarios todo lo necesario para la formación de su espíritu, sino que además, es indispensable, para que produzca los resultados apetecibles, que éstos se apliquen con toda diligencia al cumpli- miento de sus deberes, sin lo cual el noviciado mejor dispuesto resultaría infructuoso. ¿De qué sirve una medicina si el enfermo rehusa tomarla? ¿Qué importa que una tierra sea de excelentes cua- lidades si el labrador no la cultiva? ¿Ni de qué sirven los libros si no se toma uno el trabajo de aprender lo que ellos enseñan? Por igual manera: ¿De qué sirve un buen noviciado si los novicios no se cuidan de su aprovechamiento? ¿Qué importa