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- 4 CONFERENCIA PRIMERA trazaré en ella un método de vida y lo presentaré á la aprobación del Vicario de Jesucristo, obser- vando el cual podréis ordenar vuestras costum- bres, practicar la penitencia, enriqueceros de méritos y asegurar mejor la salvación de vuestras almas. Pienso para esto instituir una Tercera Orden en la que puedan entrar todos, sin limita- ción de estado ó condición.> Muy gozosos y esperanzados con semejante promesa, se retiraron á sus hogares ansiando el momento de ver realizado lo que el Santo les había anunciado. No tardó éste mucho en llevar á cabo la determinación que el cielo le había inspirado, pues retirándose á la soledad, formuló allí una sencilla Regla calcada en las máximas del Evan- gelio y compuesta de ordenaciones fáciles de cumplir á todo género de personas. En este mé- todo de vida cristiana ordenaba las penitencias y los rezos y prescribía medios eficaces, no sólo para precaverse de la corrupción y de los excesos más frecuentes en aquella época, sino también para conseguir. la santidad más encumbrada. Hecho esto faltaba únicamente encontrar oportu- nidad de inaugurar la nueva institución, la cual no se hizo esperar. Efectivamente: entre los muchos que movidos por la predicación de San Francisco y atraídos por el ejemplo de sus virtudes acudieron á Él en busca de un plan de vida con qué mejorar sus constumbres, fué uno de ellos cierto mercader llamado Luquesio. Este hombre, antes muy domi-

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