BCCPAM000526-2-19000000000000
CONFERENCIA DÉCIMA 167 gio de Gregorio IX, que en una de estas ocasio- nes les apellidó: Soldados de Cristo; Macabeos de la Nueva Alianza. Otras pruebas irrecusables y ejemplos muy preclaros de este espíritu de amor á la Iglesia, y entera sumisión al Romano Pontífice, encontra- mos á cada paso en la vida de los terciarios más esclarecidos por la nobleza de su linaje, por el rango que ocuparon en el mundo, ó por la heroica santidad que alcanzaron en la palestra cristiana. Sin mencionar á la ínclita y valerosa terciaria Santa Rosa de Viterbo, víctima inocente del odio de Federico II y sus secuaces, á causa del fervor y eficacia con que inducía el ánimo de sus conciu- dadanos al respeto y obediencia á la Silla Apos- tólica, de la cual aquél era enemigo jurado; pa- sando por alto el brillante testimonio de amor á la Iglesia que nos ofrece el bienaventurado mártir Raimundo Lulio, que derramó su sangre y dió su vida por la propagación de la fe católica y dilata- ción del imperio cristiano; haciendo caso omiso de las repetidas muestras de profundísimo respeto al Vicario de Jesucristo que hallamos en la vida del excelso Patrono de la T. O. San Luis, rey de Francia, el cual, en el trance de la muerte, decía al heredero de su trono: «Hijo mío, profesa gran respeto á la Iglesia Romana y al Papa, á quien debes venerar como á tu padre espiritual;» pres- cindiendo de estos y otros muchos terciarios que pudiéramos aquí citar, todos los cuales se distin- guieron igualmente por su entrañable amorá la 48 h Ñi E Y; B Y e p
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz