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166 OBEDIENCIA Y ACATAMIENTO A LA IGLESIA genuino espíritu seráfico que rebosa devoción y entusiasmo por la Iglesia y por el Papa. Como comprenderéis, amados terciarios, no es nuestro propósito, ni dice bien con la índole de estas sencillas conferencias, evocar aquí los bri- llantes testimonios que, en confirmación de esta verdad, nos ofrece la historia de siete siglos á esta parte. No podemos, á pesar de todo, omitir aquellos datos que se refieren especialmente á vuestra Orden, los cuales, con soberana elocuen- cia pregonan el amor grande de vuestros antepa- sados á la Iglesia, su firme adhesión al Romano Pontífice y la fortaleza é intrepidez con que defen- dieron su augusta soberanía. Desde los primeros tiempos de su fundación, se presentó la V. O. T. como un Instituto desti- nado providencialmente á ser, entre los seculares, un apoyo firmísimo para la causa de la fe y de la Religión. Unidos los terciarios en un mismo espí- ritu de obediencia y respeto al Papa, se mostraron, en todas ocasiones, defensores decididos de los derechos de la Santa Sede. Y con tal ardimiento se opusieron á los planes de los enemigos del Pontificado, que, entonces como hoy, pretendían mermarle sus legítimas facultades, y atropellar sus derechos sacratísimos, que, en más de una ocasión, desbarataron sus impíos proyectos y hasta llegaron á infundirles respetuoso temor. Actitud cristiana que, si bien les conquistó el odio de los malos, en cambio les granjeó la estima de los buenos, las bendiciones de la Iglesia y el elo-