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CONFERENCIA NOVENA 145 del día y recitar las oraciones de la mañana; tiempo determinado para practicar vuestros actos de piedad y singularmente para rezar con la fami- lia el Santo Rosario; hora exacta para retirarse á descansar, haciendo antes el examen de concien- cia y encomendándoos de veras á Dios Nuestro Señor y á la Santísima Virgen, para que os guar- den y os preserven de toda adversidad y peligro de pecado, durante el sueño de la noche. A seros posible, deberíais gastar algún espacio de tiempo en la oración, ó á lo menos, en la lectura de buenos libros, para fortalecer la fe y nutrir con la sana doctrina vuestra inteligencia y vuestro cora- zón. La asistencia cotidiana al Santo Sacrificio de la Misa, que es el acto más solemne de la vida cristiana, debiera ser objeto preferente de vuestra devoción; como, igualmente, adorar con frecuen- cia al Augusto Sacramento de nuestros altares, ofrecerle constantes homenajes y sobre todo reci- birle tan á menudo como os fuera posible, con suma reverencia, con ardiente amor y con entera confianza. Los terciarios se distinguieron en todo tiempo en practicar y propagar por todas partes el lauda- bilísimo ejercicio de la Comunión frecuente y aún cotidiana. Á Santa Margarita de Cortona, la dió Nuestro Señor esta regla toda divina: «Hija mía muy amada, soy tu Criador, tu luz y tu fuerza, soy el amor y la gloria de tu alma. Soy el pan vivo bajado del cielo, y hago de tí el lugar de mi descanso y mis delicias. Yo vivo en tí y tú vives