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CONFERENCIA NOVENA 139 tianos, en fin, de verdad, consecuentes con sus creencias, que á la pureza de la fe uniesen la san- tidad de las costumbres. Los saludables designios del Santo Patriarca no se vieron ciertamente frus- trados: la O. T. fué seminario de perfectos cris- tianos que, en medio de la corrupción del mundo y rodeados de incesantes é innumerables peligros, consiguieron practicar las virtudes cristianas en un grado tan heroico que causa asombro y pasmo el considerarlo. ¡Qué castidad tan admirable y prodigiosa la que observaron los bienaventurados terciarios San Elzeario y Delfina, su esposa, per- maneciendo vírgenes en el estado del matrimonio! ¡Qué desprendimiento tan extraordinario el del Beato Luquesio, qué caridad tan extremada la de San Roque, qué penitencia tan heroica la de Santa Margarita de Cortona y, en fin, qué celo tan ar- diente de la gloria de Dios y honor de la Religión católica el de San Fernando y San Luis! Como estos ejemplos, pudiéramos citar otros innumera- bles de terciarios que llevaron en el mundo una conducta inmaculada y santificaron,-con su fervor religioso y virtudes cristianas, todos los estados y condiciones de la vida. Y aun hoy, á pesar de la malicia de los tiem- pos, la V. O, T. es el asilo de la virtud y el refugio de las almas que seriamente tratan del importan- tísimo negocio de su salvación. Así lo hemos podido observar, en efecto, en multitud de oca- siones que nuestro ministerio nos ha llevado á visitar las congregaciones de la V. O. T.; con