BCCPAM000526-2-19000000000000

138 DE LAS BUENAS COSTUMBRES vaciar todas sus obras el terciario, sobre este polo ha de girar toda su vida, y con este segurí- simo criterio ha de proceder en todos los casos y circunstancias. El exacto cumpiimiento de los res- pectivos deberes, y la fiel observancia de los preceptos de Dios y de su Iglesia, son el alma, la esencia de las buenas costumbres; quien menos- precia estas cosas, el que prescinde de ellas en su conducta pública ó privada, aun cuando emplee su vida y gaste su hacienda en las obras más ex- celentes, á los ojos de Dios, será abominable, y todas sus acciones vanas y despreciables, porque carecen de la raíz del mérito sobrenatural, que es la caridad, la cual únicamente la posee el fiel guardador de los preceptos del Señor. Aquí tenéis, pues, amados terciarios, la norma segura de vuestras costumbres; esto es lo que primera y principalmente pide de vosotros la T. O.: que sobresalgáis entre todos los cristianos por vuestro acatamiento á las leyes de Dios y de la Iglesia. Como en materia de fe el terciario ha de ser íntegro, admitiendo universalmente todas las verdades del Catolicismo, así también ha de tener la misma integridad en las costumbres, sujetán- dose de buen grado á todas las leyes y disposi- ciones de la Religión. Al instituir San Francisco su T. O., pretendió establecer en el mundo una escuela en donde se formasen cristianos fervorosos que fueran la sal de la tierra, cristianos prácticos que difundieran por doquiera la luz de los buenos ejemplos, cris-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz