BCCPAM000526-2-19000000000000
124 INTEGRIDAD Y PUREZA DE FE ma religioso inventado por los hombres, el cual podrá ser muy cómodo y estará, si se quiere, muy en armonía con las corrientes racionalistas y aco- modaticias de la época; pero esta especie de neo- catolicismo tiene un defecto capital: el de no servir para cosa alguna en orden á la salvación de nues- tra alma. El terciario franciscano ha de abominar todo aquello que se opone á la pureza de la fe, rechazar todo lo que significa limitación en el modo de creer: no debe usar en manera alguna de esos calificativos y epítetos, tan absurdos como irracio- nales, que la Iglesia jamás ha autorizado y que repetidas veces ha condenado; esos adjetivos que, añadidos al nombre de católico, dan á entender que se quiere ser cristiano, pero de un modo par- ticular; que se admiten las doctrinas de la Iglesia, mas hasta cierto punto, hasta donde les permiten llegar las costumbres modernas, los compromisos políticos ó sus intereses materiales. Huid, tercia- rios, de tales componendas y amalgamas mons- truosas condenadas por Jesucristo cuando dijo: Nadie puede servir á dos señores. Nemo potest duobus domínis servire (1). La ley de la fe es tan absoluta que no admite el menor atenuante: hay que creer todo lo que la Iglesia cree; y no vale admitir unas cosas y recha- zar otras; no sirve admitir el dogma católico en privado y negarlo en público, so pretexto de (1) Matth., VI, 24.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz