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CONFERENCIA SÉPTIMA 117 Os rogamos que os portéis de una manera digna de la vocación á que habéis sido llamados. Tened siempre presente este saludable consejo, y con vuestra conducta mostrad al mundo la santa pro- fesión que habéis abrazado. Que vuestras obras digan muy alto cuál es el espíritu que os anima y que ellas os acrediten como legítimos hijos del gran Padre San Francisco. En suma: que vuestro proceder en público y en privado, sea el que con- viene á un cristiano que ha elegido como norma especial de su vida, una regla santa que le induce á la perfección, y le asimila, en cierto modo, á los religiosos. Haciéndolo así, corresponderéis al lla- mamiento de Dios, mereceréis la protección de vuestro Seráfico Patriarca, y algún día participa- réis también de la eterna recompensa, de la gloria que disfrutan en el cielo tantos bienaventurados terciarios. —Amén. —_—_