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CONFERENCIA SEXTA 89 en el valor y mérito de las indulgencias, que son el fruto de los infinitos merecimientos de nuestro amabilísimo Redentor, de su Santísima Madre y de los santos que ahora reinan con Cristo en los cielos; méritos incalculables que se aplican á nosotros, por la potestad de las llaves de la Igle- sia en satisfacción de la pena merecida por nues- tros pecados, flaquezas y negligencias. Prefiero, pues, en vez de refutar á la impiedad, instruiros sobre un asunto tan importante, definiendo lo que se entiende por indulgencias é indicando al mismo tiempo todo lo que acerca de ellas conviene saber. Indulgencia es la remisión de la pena temporal debida por los pecados, mediante la aplicación de los méritos y satisfacciones de Jesucristo, de la Santísima Virgen y de los santos. Para mejor inte- ligencia de esto, es preciso saber que el pecado produce dos efectos en el alma: la privación de la gracia, si el pecado es mortal, ó el resfriamiento de la caridad si es venial, y el reato de la pena que contrae el que lo comete. Esta pena de que se hace deudor el que peca, es, para el pecado mortal, el infierno con sus eternos tormentos, y penas temporales para el pecado venial. Ahora bien, la absolución sacramental borra la culpa ú ofensa de Dios y conmuta la pena eterna en pena temporal; pena que ha de satisfacerse en este mundo con penitencias y obras buenas, pues de lo contrario tiene que pagarse en la otra vida con los tormen- tos del purgatorio. A veces acontece que la ve- hemencia del dolor y amor de Dios llega á mere-