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El Giving mendiqo LEYENDA ORIENTAL. 7) N_ cierta ocasion no habia pan en la casa de Nazareth, San José habia caido enfermo hacia algunos dias, y los parro- quianos, por otra parte, no podian pagarle de pronto los trabajos que por ellos habia hecho, bien que prometian satisfacerlos mas tarde La Virgen tenia sus ojos fijos en el Nifio Jesus. —Hijo mio,—dice la bendita Madre,—nos falta el pan, Dignate tomar aquel cestito, y véte 4 Simdnidas y preséntate 4 aquella rica viuda que tanta fama tiene de caritativa: sin duda querra socorrer nuestra necesidad. Toma Jestis el cestito y emprende el camino, después de haberle impreso la Virgen Maria y San José un tierno y respetuoso beso en la frente. Durante el camino el Nifio Jess cantaba himnos del Paraiso, y los pajarillos acudian 4 su alrededor extdticos, sostenidos en sus alas para oir la nueva melodia, y le acompafaban con sus gorgeos mas escogidos. E] gracioso enjambre daba escolta al Divino Infante, y con El atravesé un pequefio valle plantado de cedros, en el cual crecian lirios y rosales que embalsamaban el aire. Aparece por fin, el espléndido palacio de la viuda. Al llegar 4 él, Jesus levanta el picaporte dorado y llama. Al instante se presenta un esclavo: — Qué quieres, Nifio hermoso? —Quisiera hablar con la sefiora,—responde Jesus,