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255 les llenas de bendiciones. Enseguida volvié a unirlos con fervor y mirando al cielo con sentimiento de indecible gratitud, abrié sus labios para hablar. jLa vision va a4 hablar! Callad tumultuosas aguas del Gave, que os lanzais mugiendo, sobre vuestro lecho de guijarros. No murmures, fuente milagrosa abierta por el dedo de Dios, Suspended por un instante vuestro canto pintadas aves, ale. gria de estos lugares. Detened vuestro vuelo, inquietos airecillos que meceis blan- damente las hojas de los arboles. Criaturas todas de la creacién, escuchad, . , . — Yo soy la Inmaculada Concepcion. Fr. RICARDO M.@ DE TORRES Capuchino, A MARIA INMACULADA. Tota pulchra es, Marfa. Céfiros blandos de frondosa selva Ecos lejanos de encrespados montes, Cantos alegres, juvenil sonrisa De tiernos goces. Dulce concierto de canoras aves, De flores bellas delicioso aroma, Vida que al prado prédiga reparte La bella aurora. 2Por qué con celo muestras a/anosa, Bella natura, tan vistosas galas? Ante el recuerdo grato de Maria Ya no me encantan, De ella los astros toman sus fulgores, Su voz remeda cuando canta el ave, Si se sonrie, extiende sus corolas La flor del valle. f Ella es el cielo, es la gloria misma i En que Dios trino sin cesar se goza; jMirad, qué hella!, dice, y la proclama Su amada Esposa.

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