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EDEVSOROHLOS* Vi FOROESORVHSOS BAS a a ES Fo CEE SUCH PC ICE AC NES LEIS SIV FTL IS IS IS DS BS BS BY DY En el cielo y en la tierra 1854—68 jEspiritus bienaventurados que poblais los inmensos espacios de mi reino! latriarcas y Profetas, Apdstoles =i} Martires, Confesores y Virgenes que en la fuente del Cordero bebeis perennemente las dulcisimas aguas de vuestra fcli- -cidad, llegad, corred 4 contemplar la apoteosis de la criatura mas perfecta y admirable que mis potentes manos han producido., Dijo; y los ecos de su voz, repercutiendo en todos los dmbi- tos de los celestes alcdzares, atrajeron millares de millares de es- piritus beatificos 4 los pies del trono del Altisimo. Y un grito de asombro, de admiracién infinita se escapo invo- luntariamente de sus labios. Reclinada blandamente en el pecho de su Dios veiase 4 la criatura mas hermosa y divina que jaimas pudo sofiar la fantasia del angel ni del hombre. Blanquisima es su tez, mas que el ampo de la nicve inmacu- lada que cubre las montafias; sus labios, cinta de escarlata,. lirios rizados, que destilan mirra purfsima; elevada y majestuosa su ca- beza como cl Carmelo, y las madejas de sus cabellos rubias y do- radas como las mieses; sus rasgados ojos como los cristalinas estan- ques de Hessebon; su cuello, esbelto cual la torre de David, collar de perlas y gargantillas de oro taraceadas de plata, roja corteza de granadas sus mejillas, y su manto cendal de riquisimos topa cios, tejido en el misterioso taller donde se viste el lirio del valle y la azucena del ameno pensil. Y la voz del Sefior regalada y suave mds que arpa tafiida por mano de angeles se dejé oir de nuevo en los etereos espacios. «Llegado ha en el tiempo el venturoso momento por mi pre- fijado desde la eternidad, en que los hombres todos han de reco nocer y confesar en su plenitud, la suma de perfecciones y caris- 32