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234 de los visitantes, y vivir con. mds paz y devocién bajo la custodia de las Madres. No obstante, personas de toda clase social y en especial las mas distinguidas consideraban como gracia singular ver 6 hablar 4 Bernardita, quien conservandose cada vez mas virtuosa y sencilla, solo salia al locutorio cuando era obligada por las Ma- dres, y siempre con repugnancia y disgusto de su parte. Las Ma- dres procuraban conservarla en aquel espiritu de humildad, y no dejaban pasar ocasién alguna de reprenderla, que no lo hicieran, 4 fin de que no perdiese su caracter sencillo y humilde. Nuestro Se flor también la procuraba probar, pues casi siempre se encontraba enferma 6 delicada, sufriendo los dolores con tal. paciencia, que cau- saba admiracién 4 sus compaifieras. El dia 21 de mayo de 1866 se inauguré solemnemente la cripta de la Basilica, pedida por Bernardita en nombre de la Reina del cielo. Mas de trescientos sacerdotes y un sinntimero de peregrinos hallaronse alli celebrando con delirante entusiasmo aquel aconteci- miento. La misién de Bernardita en este mundo estaba ya cumplida. Desde aquel momento los ojos de Bernardita que habian tenido la dicha de contemplar desde la tierra la gloria de la Reina del cielo, debian cerrarse para no ver la vanidad de este mundo. Aquella alma que habia sentido algo de las delicias celestiales debia alejarse de los goces terrenos y aspirar 4 poseer 4 solo Dios; y en efecto este fue desde entonces su tinico pensamiento. El 4 de Junio de 1866, ocho afios después de las Apariciones, Bernardita salfa de Lourdes lle vando en su persona entrelazada la historia gloriosa de aquella afor- tunada ciudad, y un puro corazon para inmolarlo en aras de amor 4 su Jestis en el Noviciado de las Hermanas de Nevers, donde tomé el habito el 28 de Julio, fiesta de’Sta. Marta, tomando el nombre de Sor Maria Bernarda. ~ © Aunque estaba la nueva novicia destinada para ser feliz en la otra vida, segtin la consoladora promesa de la Virgen, Sor Maria Bernarda bien tuvo que sufrir para conseguir aquella dicha inefable. El camino de la santidad no puede ser otro que él camino del Cal- vario, y paso 4 paso aquella alma tan privilegiada en otro tiempo, subié hasta la misma cruz por medio de enfermedades y pruebas. Durante el mismo noviciado se agravé su enfermedad ya crénica del asma, y llegé a tal extremo que tuvieron que sacramentarla, haciendo antes la profesidn religiosa, que hacen las novicias en tales circunstancias. La gravedad desaparecié, y la novicia pudo hacer al afio siguiente su profesidn canénica sin novedad. Desde entonces la vida de Bernardita se desliz6 humilde y san- tamente. Confundida entre sus Hermanas de habito, no pensaba en otra cosa que en santificarse por medio del fiel cumplimiento de sus deberes religiosos. «La historia de Bernardita, escribia en 1873 Mgr. Ladoue, Obispo de Nevers, es bien sencilla; santificase humildemente por el cumplimiento de su profesién religiosa, y por la aceptacién de los sufrimientos, que la Virgen Santisima la pronosticé, y que convier-
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