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sh RBS .e. ABE <0 BE. ho KOR ME BEA AS AS AS AS AS AS AS AS AS AS AS AS AS AS Bernardila después de las Apariciones. SU VOCACION Y SU MUERTE. ESDE que la Virgen Santisima,se habfa dignado apare- cerse 4 la inocente Bernardita Soubirous, fué esta alma privilegiada objeto de la veneracién de todos los pere- grinos que acudian 4 Lourdes. Todos la respetaban, la veneraban y muchos la trataban como 4 santa. En medio de tales con- sideraciones y muestras de respeto, algunas veces indiscretas, su sencillez, humildad y modestia no cambiaron en lo mds. minimo. 'Ca- rifiosa, afable y enfermiza, parecia no darse cuenta de lo que habia - pasado en su persona. Nunca hablaba de sus visiones, sino cuando de ellas era expresamente preguntada y esto lo hacia con tanta sencillez y llaneza, que nada admiraba mas 4 los incrédulos como el porte hu- milde de Bernardita. «Bernardita, (decia su madre en 1760), va 4 la escuela de las Hermanas del Hospicio, las cuales estan satisfechas de ella. Mas enferma que nunca, octipase, sin embargo, en los quehaceres domésticos, y me ayuda a cuidar de sus hermanitos. La pasada cuaresma queria ayunar: tuve que prohibfrselo.» «Quedé edificada, prosigue un testigo de vista, de lo pobre y limpio dg sus vestidos: llevaba unos zuecos y unas medias de lana, que pasaban de ordinarios, y una saya de sencilla indiana; cubria su cabeza un pafiuelo de algo dén, cubierto 4 su vez por un segundo pafiuelo anudado debajo de la barba: todo lo tenia limpio, y, sobre todo, modesto. En su cuarto habia, al lado de unos muebles muy pobres, una capillita adornada con flores, medallas y estampas, que parecfan ricas en comparacién de lo restante del mueblaje. En el centro de la capillita una ima- gen de Nuestra Sefiora.» Asi vivid Bernardita en casa de sus pa- dres hasta mediados de Julio de 1860. Entonces por mediacién del Sr. Cura pdrroco de Lourdes, entré 4 vivir en el Hospicio de las Hermanas de la Caridad de Nevers del mismo pueblo, donde es- tando mas recogida, podia mas facilmente librarse de la indiscrecién