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SAO as ek a ce 209 las llagas de San Francisco. Al tiempo que el alba-llora sobre azucenas y lirios, y con letras de diamantes hojas escribe en jacintos; en las montafias que Alberno corona de dsperos riscos, que para llegar al cielo forman de nieve obeliscos; dando silencio a las aves, ya en las ramas, ya en los nidos, que para aprender amores suspenden sus dulces silbos; enmudeciendo las fuentes aquel sonoroso ruido, porque impedir los amantes nunca fué de pechos limpios; Francisco 4 Cristo pedia (enamorado de Cristo) le diese sus mismas penas, por ser su retrato vivo: cuando rompiendo los aires un serafin crucifijo, llevé 4 su pecho seis alas, aunque eran sus llagas cinco. Francisco, dejando el suelo todo en éxtasis divino, a cinco flechas de amor rinde los cinco sentidos. A las tres de los tres clavos dar sus tres potencias quiso, que para el-costado el alma le parece el propio sitio. Entonces con fuego ardiente el serafin encendido, haciéndose todo un sello, con ser su ser infinito, imprimidle como estampas, viéndole papel tan limpio, en el cuerpo a4 Cristo muerto, ‘ y en el alma a Cristo vivo. Tal suele obediente cera mostrar el blasén antiguo sobre la nema 4 su dueiio, . en un instante esculpido, Qued6 Francisco sagrado , como aquel lienzo divino, que si alli imprimié su sangre, aqui sus dolores mismos. Y para mayor favor, mas honrado en el martirio; pues le dié el hombre las llagas, y el mismo Dios a Francisco, jOh serafin soberano, glorioso atin estando vivo, pues las llagas del costado se la dieron muerto 4 Cristo! Si vivo las cinco muestra, es cuando glorioso vino, ya triunfador de la muerte, con los despojos del limbo. Si la silla que en el cielo perdié Luzbel por altivo por humildad ocupastes, luz sois en el cielo empireo. Vos os hicisteis menor, pero Dios tan grande os hizo, que el sol, pisado de vos, piensa que lo pisa Cristo. Ajustado Dios con vos, como Elias con el nifio, resucité la humildad que profesan vuestros hijos, jQué ejemplo un Buenaventura, un Antonio, un Bernardino, . un Diego, un Luis y tantos pontifices y arzobispos! Cielo es vuestra religion, y, como sol habeis sido, quereis que haya luna c/ara mds que su mismo apellido; ; a RN ST a a

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