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gegen saint heh AI A: ORAS ES ah morn mee eme 202 ce que se dieron cita en cierto dia los resplandores del Sinai, las dul- zuras celestiales del Tabor y la hermosura del Carmelo, para obrar en el Serafico Patriarca y Padre de los pobres, Francisco de Asis, aquella maravillosa transformacién, mediante la cual quedé inundado su corazén, cuando de un modo indeleble vid impresas en su cuerpo las llagas de Jesus crucificado. He aqui como describe el Serafico doctor San Buenaventura aquella tan maravilloca escena «Brillaban los primeros albores del dia de la Exaltacién de la Santa Cruz, cuando Francisco se pusg 4 orar en la vertiente del monte. De pronto vid bajar del cielo 4 un serafin que tenia seis alas de fuego resplandecientes de luz. Volé rapido hasta llagar cerca del Santo, se detuvo en el are y aparecié entre sus alas la imagen de Jesus crucificado, viendo lo cual, el alma de Francisco cayé en un estupor indescriptible. Sentia 4 un mismo tiempo pena y alegria; alegria, porque tenia delante de sus ojos al Dios de su corazon, al Dios de amor; y pena, porque 4 quien vefa era a Jestis paciente, con las manos y piés sujetos 4 una cruz y el corazén atravesado por una lanza. Tenia ante sus ojos un misterio insondable, y su admiracién era extremada........ Desaparecié la visidn, mas le. dejo en el alma un maravilloso incendio y en el cuerpo las sefales no menos maravillosas de la celestial impresion. Y en efecto; al punto aparecieron sobre su cuerpo las cinco llagas que acababa de ado- rar. Manos y piés tenia como si se las hubiera atravesado con un clavo grande, las sefiales de cuya negra y redonda cabeza se veian en las llagas; y en la parte exterior de las manos y en las plantas de los piés, marcas de haber sido remachada su afilada punta. La llaga del costado era ancha y estaba entreabierta, dejando ver una cicatriz de color rojo, por donde le solia salir sangre hasta pasarle el habito y aparecer su color 4 la vista. Tenia pues, las manent Llagas impresas de modo visible en su cuerpo » Hasta aqui la elocuente pluma del Serdfico Doctor S. Buenaven- tura, en cuya narracién ingénua revela la intima comunicacion de afectos que existia entre los dos amantes corazones de Jestis y de Francisco y que ha merecido la aprobacién y los aplausos de toda la Iglesia universal. Y aunque el excepticismo religioso quiso oscurecer esta obra sublime de la gracia, sus esfuerzos fueron vergonzosamente vanos, porque el que ha dicho que tiene su gloria en abatir el orgullo de los soberbios y ensalzar 4 los humildes, ha querido hacer publica y notoria al mundo todo esta visién del monte Alvernia, realizando abundantes prodigios para dar testimonio de la impresion de las Sagra-. das Llagas en las manos, piés y costado de nuestro Serdfico Patriarca. Nada podra oponer la mas suspicaz y severa caritica a la declara- cién solemne de toda la Iglesia, que canoniza con fiesta publica la Impresi6n de las Llagas de N. S. P. S. Francisco, en la que el de- voto encuentra el sello del amor de Jesucristo en todo su grandeza y poderio, el humilde ejemplos extraordinarios de resignacién y tman- sedumbre, el rico motivos de abnegacién y desprendimiento, el pobre consuelos y esperanzas, el poeta imagenes patéticas para inflamar MOMS DAEs re Ese Md i

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