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SS LA IMPRESION DE LAS LLAGAS DE NuEsTRO S. P. S. FRANCISCO. sién con que Dios ha derramado sus gracias para formar el cardcter distintivo de cada uno de sus escogidos, infundiendo en ellos sus divinas perfecciones. Asi vemos delineadas en la persona de Abraham las virtudes y excelencias de un verdadero Patriarca; en Melquisedec el cardcter de un verdadero sacerdote; en S. Pablo el ermitafio, un ejemplar de solitarios y anacoretas; y en S Fernando, Rey de Espafia, un modelo perfecto de reyes y monarcas. De este modo todos los santos reciben de la plenitud de Jesucristo alguna gracia 6 perfeccién particular que forma el distintivo de cada uno; pero en Francisco de Asis es el mismo original divino quien se retrata, haciendo de él una perfecta copia, una semejanza completa de Jesus crucificado. A imitacién del Apéstol, todo el ansia de Francisco fué siempre formarse dentro de si mismo la imagen de Cristo Jesus, ponién- dole como sello sobre su corazén; y su esfuerzo fué tan felizmente coronado por parte de Jesucristo, que por una gracia hasta enton- ces 4 nadie concedida, le transform6 exteriormente en si mismo, im- primiendo en su carne las divinas llagas, con lo cual pudo decir el probrecito de Asis que toda la gloria del Salvador de Israel se habia trasladado a él, porque llevaba impresas en su cuerpo las llagas de Cristo Jess. Ego enim stigmata Domini Fesu in corpore meo porto. En lo alto de los Apeninos se levanta un monte pefiascoso, cuya cima se ensefiorea del horizonte y cuya falda “bafian el Tiber por el Oriente y por Occidente el Arno. Es el monte Alvernia, monte bendito, al-que cupo la gloria de ser feliz espectador de aquella subli- me visidn con que quiso inmortalizarle el que obra todos los pro- digios sobre la-tierra. En las escarpadas rocas de aquel monte, al que, como dice un elocuente historador del Serafin de Asfs, debe- riamos llamar Tabdér y Calvario de S. Francisco, porque alli gusté de las delicias de la contemplacién y alli derramé su sangre, pare- E N el orden de la Providencia nada hay mas comin que la profu-