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9 Alli lleva ya ocho afos la Virgen de Lourdes recibiendo el fervoroso homenaje de la adoracién de sus devotos, que en gran nimero han acudido a aquella capilla 4 demandar de la Madie de las piedades el socorro 4 sus males, sin que una vez siquiera ha- yan salido desairados de la presencia de la celestial Sefiora. Repre- sentacién grafica de aquella hermosura arrobadora que coatemplé la extdtica Bernardita en las orillas del Gave, la imagen venerada en la capilla de Capuchinos encanta y arrebata los afectos y los corazones de sus devotos. Nadie, que una vez haya parado en ella, olvidard aquella actitud de arrobamiento, aquellos ojos de sin par dulzura, aquel rostro de un évalo perfecto, aquella expresiédn de dulcisima majestad y atrayente misericordia. De rodillas 4 sus plan- tas, brota sin querer, del corazén cristiano, la bellisima plegaria de San Bernardo, y de los labios de los fieles surge expontanev el O e/e- mens, O pia, O dulcis Virgo Maria con que el doctor mariano cerré con aureo broche la tierna antifona de la Salve. Acreedor es a mil placemes el modesto artista filipino D, Manuel Flores, que cn un momento de genial inspiracién supo dar vida al ina- nimado lefio y nos dejé un trasunto de aquella belleza que arrebata 4 los s rafines y cuyo recuerdo, atin en sus ultimos instantes extre- mecia de placer 4 la vidente de Lourdes. Es verdad que 4 mas de la imagen, siéntese atraido el-corazén cristiano en la capilla de Lourdes por el irresistible influjo que ejerce el recuerdo de los pro- digios inefables alli realizados y que, 4 pesar de haberse divulgado bien poco, son poderosos 4 encender la llama del entusiasmo en los pechos de los fieles, que con razén vislumbran estrechas rela- ciones entre los prodigios obrados 4 las margenes del Gave y los hechos admirables realizados en la humilde iglesia de Capuchinos. Alli han acudido madres afligidas, esposos desolados, hijos que perdieron el calor y el abrigo de sus padres; allf los enfermos han pedido la salud y los tristes han demandado consuelo; alli han gemido los dolientes y se ha escuchado la voz conmovedora del desamparo; y alli mismo, casi sin testigos, sin que cl mundo se apercibiera de ello, se han realizado curaciones estupendas, prodigios que la ciencia no puede explicar; sin contar esas otras operaciones de la gracia, mil veces mds prodigiosas al tornar la vida al alma muerta por el pecado, que cuando ordena a la muerte con imperio irresistible, debe devol- ver la presa que arrebato, Como extrafiar, en consecuencia que oleadas de ingente mu- chedumbre invadan las naves del templo y el fervor se trasluzca en ES TT Tee LS

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