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176 entre los Santos Padres de la Iglesia» como dice el proceso de su Beatificacion. ‘ Cual nubecilla despreciable que agranddndose poco a poco viene luego 4 oscurecer el cielo y estremecer la tierra convertida en resplandores vivisimos asi San Lorenzo 4 quien dejamos encerrado en su convento prepardndose con la orucién, con la penitencia, y el estudio para las grandes obras 4 que le destinaba la Pravidencia sale cubierto de un habito basto y predicaba como un nuevo Apés tol la ley Inmaculada del Sefior con efectos -verdaderamente inex- plicables. Venecia, Napoles Génova, Mantua y Pavia oyen la voz de este nuevo Elias, 6 resucitado Pablo y se couvierten 4 millares los pecadores, Trasladése por mandato de Clemente VIII-4 la ciu- dad Eterna para convertir 4 los judios que infestaban con sus errores al pueblo cristiano y joh prodigio! les predica en lengua hebrea con tal uncién evangélica y con elocuencia tal que como mansas uvejas caen subyugados ante las persuasiones de nuestro Santo. Grande fué su celo por la salvacién de las almas pero no eran menos su obediencia y sumisién. Deseosos los religiosos de disfru-. tar del suave olor que sus virtudes exhalaban, le eligieron 4 la edad de 28 afios Guardian; siendo 4 los 3 afios elegido Provincial de Toscana y al siguiente trienio de Venecia de cuyo cargo ascen- did al de Definidor General, que los desempefio tan 4 perfeccién que en 1602 fué elegido General de toda: la Orden Capuchina, carga que recibid por obediencia y con gran repugnancia. Sus austerida des, penitencias, ayun s y vigilias, sus viajes hechos siempre 4 pic, su comida frugalisima, su brevisimo suefio sobre las desnudas ta blas daran idea de la santidad de varén tan insigne. Terminado el Generalato fué nombrado por el Papa. Paulo V Imbajador extraordinario cerca del Emperador de Alemania que le colmé de distinciones y obsequios bien merecidos, pasd de alli 4 Baviera y el Elector Duque Maximiliano, que tanto le admiraba y veneraba no fué menos prédigo en obsequiarle con grandes muestras de veneracion que servian de humillacién y anonadamiento a! glorioso Lorenzo de Brindis. Si todos cuantos con él trataban, reconocian en su persona un enviado de Dios, dechado de perfeccién, que nos diran los que le asistian y ayudaban en el santo sacrificio de la Misa? Duraba esta muchas veces siete horas; y era de ver mientras celebraba tan augusto misterio como su semblante semejaba el de un angel que despe- dia vivos resplandores, como lo atestiguan’el Conde Visconti; cl Marques de Villafranca del Vierzo, y D. Pedro Toledo no siendo raro que celebrante y asistentes disfrutasen de la presencia real de la Santisima Virgen y del Divino Nifio que alegre y risuefo festejaba y acariciaba al Santo Capuchino. Profeta del Sefor vieron confirmadas sus predicciones la Sra. Duquesa de Doria, el Duque de Fernandina. la Emperatriz Ana de Austria y mil diversas perso- nas que veneraban y veian en San Lorenzo, al varén apostdlico, al Prelado insigne, al religioso intachable, al militar aguerrido .al e A z i q 1