BCCPAM000524-1-33000000000000
95 gente y menesteroso! ¡Ah! Era este amor de María el resultado de aquella incomparable luz, con que el Es- píritu Santo ilustrara su entendimiento en el cono- cimiento del Redentor esperado, y del fuego celes- tial que habia prendido en su corazon. Semejante amor no podia caber en la voluntad del ángel, ni en nin- gun corazon que no fuera el de María; porque era el precedente de la Encarnacion del Verbo Divino en el seno de esta Vírgen: pues teniendo Dios que pe- dirla su consentimiento para que fuera su Madre y le diese un cuerpo, que no puede tener en su natu- raleza espiritual y divina, él mismo la fué preparan- do * y disponiendo , inspirándola cuanto convenia se- gun los consejos de su sabiduría eterna, para que lo amara de un modo singular y único, con un amor cariñoso, tierno, compasivo y benévolo, es decir con un amor que es como el alma y la vida del corazon de una madre para con su hijo. Grande y elocuente es esta leccion para nosotros: María llegó por su parte á tan sublime grado de amor al futuro Redentor, meditando sin cesar las obras que habia de practicar; y si nosotros queremos que arda en nuestros corazones el fuego del amor de Jesus, es preciso que, cada dia y cada hora, pensemos en lo mucho que ha hecho por redimirnos. El santo rey Da- vid confiesa que, cuanto mas se internaba en esta con- templacion de las obras de Dios, tanto mas se aumen- taba en su alma el ardor del amor celestial ?. ¿Será po- sible amar á quien no se conoce? ¿Será posible conocer 4 Tllos, quos Deus'ad aliquid eligit, ita preparat et disponit, ut ad id ad quod eliguntur, inveniantur idonei. (Div. Thom. 3, p., q- 27, art. 4. 2 Psal. 38,-v. 4.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz