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04 convidando á todos con instancia á que acudiesen¿ [ este templo, á gozar de las delicias celestiales que se encuentran en él *. Son tan firmes los cimientos de este templo, que empiezan á elevarse sobre la cima de los montes mas altos de santidad ?: y es tan grande la her- mosura de sus puertas, que arrebatan ellas solas el co. f razon del Rey de los cielos, mas que todos los taber- náculos juntos de la casa de Jacob. ¿Cuánta no será la belleza interior de este templo animado, que Dios ha fabricado por sí mismo, y en el cual ha de entrar como sumo sacerdote para ofrecer un sacrificio, como víctima para aplacar al cielo, y como Dios para ser adorado de los ángeles y de los hombres? ¡Ah! aquellos sacrificios que cada año se repetian con tanta pompa y majestad en el templo de Salomón, y cuya reiteracion era la prueba irrefragable de su insuficiencia para borrar los pecados ?, eran un símbolo transitorio de la majestad y grandeza con que el Pontífice de los bienes venideros entraria en otro tabernáculo mas excelente, no fabrica- do de manos del hombre, sino por la virtud divina *. Y siendo este tabernáculo el cuerpo que formó el Espíritu Santo de la sangre purísima de María, apenas se hizo la encarnacion del Verbo Divino en su seno virginal, se convirtió este en un verdadero templo de gloria, en el cual cesaron las figuras, desaparecieron las sombras, se dió gloria al Altísimo, y se firmó un tratado de paz en- tre el cielo y la tierra. No podia penetrar en el santuario de este templo animado mas que aquel que, ungido por su Padre con el óleo de la alegría por su amor á la justicia y su odio á la iniquidad, era sacerdote eterno segun el órden de % Prov., cap. 9, v.1,2,38y4. * Psalm. 86, v. 1. 3 Hebr., cap. 10, v. 2, 4 Hebr., cap. 9, v. 11.

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