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41 DIA IV. ALZAS —/ Todo como el primer dia. MEDITACION. El Corazon de Maria santificado por el Hijo. El destino temporal para que Dios habia ordenado la existencia de María, es por la naturaleza de las cosas único y singular, no pudiendo tener parte en él ningun otro sér criado: porque así como una sola vez es engen- drado el Hijo de Dios por un acto eterno del entendi- miento del Padre, así tambien sería engendrado una sola vez en el tiempo en las entrañas castísimas de esta Vírgen, sin que tuviesen parte en esta accion porten- tosa, mas séres que el mismo Dios que tomaba nuestra naturaleza, y la sublime criatura que él habia escogido para que fuera su madre. Mas ¿cuántos y cuán inefa- bles portentos no obra la mano de Dios, para que se cumpla en el seno de María la union de la naturaleza divina á la humanidad? Era el Inmenso á quien habia de concebir, el Eterno á quien habia de engendrar, el Increado á quien habia de dar á luz *, dando sér al mis- mo que la sacara de la nada,encerrando en su corazon al que no cabe en la inmensidad de los cielos, y llevando t. Immensum concepit, Eternum genuit, genitum ante seecula parturivit. (D. Petr. Dam., Ser. de Nativit. Virg.
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