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35 Lucifer apenas la vió *. La Virgen María era esta cria- tura, cuyo corazon estaba elegido, para ser adornado con todas las gracias, que habia despreciado el primer hombre, y con otras singulares, propias de la inefable dignidad á que habia de ser sublimada. Predestinada á ser el trasunto fiel de las virtudes que poseería esencial- mente el que, siendo Hijo de Dios, lo sería tambien de ella haciéndose hombre, en el primer instante de su existencia oiria de los labios del Padre celestial estas dulcísimas palabras: Ve, hija: con tu belleza y hermosu- ra entesa tu arco, marcha con prosperidad, y reina ?. ¡Ah! Salia de la nada sin mancilla la mas mínima, porque engendraría al estirpador de toda mancha: recibiera por dote la virginidad, porque habia de concebir el Santo de los Santos, al Autor de toda santidad: venia fundada en la humildad, porque daria el sér al que es manso y humilde de corazon: y por consiguiente aparecia her- mosa en el cuerpo, preciosa en el alma, resplandecien- te en las virtudes, y rica en todo don, para que su vista encantase los ojos de quien la viese, su contem- placion causase pureza, su belleza inspirase amor cas- to, y su amor diera á las almas placeres inefables ?. ¿Quién no bendice al Altísimo por sus misericor- dias? ¿Quién no se admira de su omnipotencia y sabi- duría? Habia decretado en su consejo divino sustituir 1 Non efformata ex pulvere honorabilissima Virgine, visa fuisset divina vox incassum pronunciata. Propter ipsam igitur dictum fuit excelsum illud elogium de homine, quod esset ad similitudinem Dei creandus. (Isidor. Thessalonicen., Orat. 3.* in Deipar. Annuntiation.) 2 Psalm. 44, v.- 15. 3 (O pulchra ad intuendum, amabilis ad contemplandum, delectabilis ad amandum. (Div. Anselmus., Orat. Ll, ad S. Virgin.
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