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DIA II. LIZ Todo como el primer dia. MEDITACION. El Corazon de María Santísima, posesion de la Santísima Trinidad. Habiendo salido de la nada las criaturas, por haberse dignado el Señor darles el sér que antes no tenian, ni podian tener por sí mismas, ejerce este sobre ellas un poder absoluto y soberano, siendo dueño de conservar- las, ó de destruirlas segun su beneplácito: y ni una sola hay, aun entre aquellas que ha enriquecido con los do- nes de la inteligencia y espiritualidad, que tenga dere- cho por su propia naturaleza á durar un solo momento en la vida que tiene, si su Criador, de quien la ha reci- bido, no se la otorga con su providencia, pues aun los mismos ángeles perecerian en el acto, si Dios retirase de ellos esta virtud !, Y es tanta la hondad del Señor hácia sus criaturas, y en especial para con aquellas que ha dotado de inteligencia, que, por mas que estas abu- sen de los dones divinos, las da eso no obstante la exis- tencia, y se la conserva, porque ama en ellas lo bueno que él ha criado, y solo detesta la maldad que ellas per- petran. Veíalas Dios en la eternidad, complaciéndose en Y. Quomodo autem posset aliquid permanere, nisi tu voluis- ses? Aut quod á te vocatam non esset, conservaretur? (Sap. cap. 11, v. 26.)