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a mp. o A ge A e EA A a 268 Confesamos nuestra detestable ingratitud al incompren. sible beneficio, que nos haceis, al venir á uniros con nuestras almas por medio de vuestra gracia: é interpo- niendo el valor infinito de vuestros méritos, y la piado. sa mediacion de vuestra Madre , os pedimos perdon por las culpas pasadas, dolor para detestarlas, lágrimas para llorarlas, y tiempo para hacer frutos dignos de peniten- cia, con los cuales y las demás obras buenas merezca- mos la vida eterna. Así sea. Hágase el ramillete de alabanzas como el primer dia, DIA TERCERO. — — Por la señal, etc., como el primer dia, diciendo la ora- cion preparatoria, O Corazon inmaculado , etc. MEDITACION sobre los sentimientos del Corazon de María en el momento de su resurreccion y Asuncion á los cielos. Hermoso y mas resplandeciente que el sol fue aquel dia, en el cual la Virgen María fue ensalzada al trono del Padre celestial, y se vió colocada en el mismo asiento de la Beatísima Trinidad, teniendo en asombrosa expec- tativa á todos los ángeles que se aglomeraron en derre- dor de ella, para ver á una Virgen vestida del traje mas rico de oro, rodeada de mil variedades y adornada con todas las virtudes, sentada á la derecha del Señor *. Fué 1 $. Petr. Damian. Serm. de Assumpt.