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204 dad, serán santas y puras mis costumbres, y diré siem= pre con júbilo y agradecimiento: O Virgen sagrada, tá ungiste con óleo mi cabeza: y mi cáliz, que embriaga, ¡qué excelente es *. Oraciones y demás, como el primer dia. DIA XXVI. — Todo como el primer día. MEDITACION. Ternura maternal del Corazon de María hácia su Hijo paciente. Era el pensamiento dominanta del Corazon de Jesu- cristo la pasion que habia de sufrir , pues vivia siempre con el anhelo de que llegara ese dia para redimir al hombre: y como era tan grande la reciprocidad que ha- bia entre sus pensamientos y los de su Madre, domina- ba tambien en el Corazon de esta la misma idea; pero habia una diferencia, y era que Jesus ansiaba por pade- cer, y saludaba desde lejos el dia de sus tormentos. corao el dia mas glorioso para su Padre y para él; y Ma- ría conforme siempre á su Hijo , deseaba tambien que llegase este dia: mas, el solo recuerdo traspasaba su Co- razon con una penetrante daga de dolor. Era el amor que tenia á su Hijo, lo que la inspiraba el deseo de que A A IS e IAN A bara sE a A a 1 Psal. 22. v. 5.

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