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118 tendrá parte gn esta obra; que el Espíritu Santo será quien ejecute este portento, y que el Hijo que nacerá de ella, siendo santo por esencia, será Hijo de Dios t. Grande por cierto y vital es la leccion, que María da á toda la humanidad con estos sentimientos que, acerca de la virginidad , abriga en su Corazon. Hasta la apari. cion de esta Vírgen, constituian los hombres su gran. deza en tener numerosa prole: María abre aquella era, tan fecunda en producir seres, que tienen un nombre mucho mayor , que el que dan los hijos y las hijas 2, enseñando á las doncellas á preferir el virginal enlace con el Cordero de Dios, á las alianzas con los mismos reyes y príncipes terrenos, y demostrando á todos que, si hemos de estar unidos á Dios, es indispensable que seamos castos en todos los estados y en todas las eda- des de la vida ?. Porque no todos son capaces de pro- meter á Dios una continencia perpétua , sino aquellos á quienes se les concede una gracia especial *; pero, nadie puede recibir la gracia de Dios dentro de sí. sino es puro en pensamientos, palabrás y obras *. ¡Ah! No bastan las lágrimas que salen gota á gota , y serian ne- cesarios torrentes de estas, para deplorar los males de la humanidad. Vése por todas partes-una esterilidad es- pantosa de buenas obras, y un frenesí por adquirir bienes temporales , y gozar de este mundo en el lujo y 1 Luc. 1,95. 2 Dabo eis in domo mea..... nomen melius á filiis et filiabus. nomen sempiternum. (Isai. cap. 56. y. 5. 3 Incorruptio autem facit esse proximum Deo. (Sap. cap. 6. +. 90. 4 Non omnes capiunt verbum istud, sed quibus datum est. Mat. cap. 19. y. 14.) 5 Quoniam presentiam, ingressumque sola puritas excipere sufficiens est. (Div. Greg. Nyssen. in Cat. Grac. ad 2. Luc.

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