BCCPAM000524-1-33000000000000

d 4 | y 149 M Ni ! 108 lo pierde de vista, hasta que no lo hace volver al duleí- simo consorcio de la gracia divina. Con estas compara- ciones se dignó Jesucristo explicarnos su benevolencia hácia los pecadores, y en cada pincelada con que se pintaba á sí mismo, formaba tambien el retrato de la que era.su Madre en el órden de la naturaleza,y la nuestra en el de la gracia *. En vano buscamos un corazon mas compasivo y be- névolo que el de María, pues solo la supera su propio Hijo por ser Dios: y cuanto es mas noble y sublime, y mas santa y mas eleyada que todas las madres, tanto es mas dulce y suavísima para con los pecadores ?. ¡Con qué dulzura recibe á las almas, que han tenido la desdi- cha de disiparse en el mundo, y se reconocen pecadoras y desean alcanzar el perdon de sus culpas! ¡Con qué miradas tan compasivas las consuela! ¡Cómo se la con- mueye el Corazon! ¡Cómo las estrecha en su amante seno! ¡Con qué presteza manda á sus ángeles, que apresten lo necesario para adornarlas, y que alaben to- dos al Padre de las misericordias, por haber recuperado lo que se tenia por perdido! Bien pudieran esas almas ser mas negras que el carbon por la culpa: con todo, si se arrepienten, la Virgen hermosa las abrazará como á hijas, y las amará como Madre ?: porque si bien mira con aversión la culpa, no mira con horror al culpable, ni Ko 1 Mihi dicit Christus: que est Mater mea, volo ut sit Mater tua: mihi est Mater naturalis, et tibi sit Mater spiritualis. (B. Albert. Magn. supra Missus est,) 2 Maria quanto altior, melior et sanctior est omni matre, tan- to clementior, et dulcior est circa conversos peccatores et pecca- trices. (S. Gregor. VII, lib. 1, Epist. 47.) 3 Ethiopes non abjicit Virgo decora, sed amplectitur ut par- vulos, diligit ut filios. (S. Thom. á Villan. in Ps. 86.)

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz