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/ ClJ. ./ cÍ] e e t o r El habernos decidido a escribir esta pequeña Crónica, no hemos tenido otro ideal que dar a conocer el estableci– miento de la Orden Capuchina en el Ecuador y Colombia desde el año 17873 hasta 1955 en que dejó de -existir el Co– misf!.riato de Eczzadr:o-Colombia; hemos recordado las vi– cisitudtts que ha tenido y, sobre todo, hemos querido con– servar el recuerdo ·de· los religio_sos beneméritos qu•e se dis– tinguieron por sus virtudes, pdr su talento y por su celo por la salvación de las aiJm-as. Toda entidad tiene su histo– ria escrita por los hechos que realizaron los individuos que constituyen ese cuerpo moral,· hechos que sirven de es- . tímuio para las generaciones venideras y, por Jo mismo es indispensable conocerlos por medio de la tradición oral y escrita. Y esto es lo que me ha movido a presentar al pú– blico, ni siquiera suscintamente, la actu-ación de los religiosos capuchinos en el Ecqdor y Colombia; tanto más me ha nw– vido a esto porque .-€onocí a la mayoría ,de los religiosos de quiens hago mención, -de muchos de ellos recibí sus ense-:. ñanzas y fui testigo de sus grandes obras por la gloria de Dios y de nuestra Orden. Ojalá que plumas mejores quJe la mía continúen escri– biendo la historia de nuestr;1 Orden. Fray Clemente de Tulcán, clmc. Tulcán, 2.3 de mayo de 1956. ' ' \

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