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¡ ,_ -9- III FUNDACION DEL CONVENTO DE TULCAN C omo ya ·dij jmos antls, debido a la Misión que dieron los Capuchinos en Tulcán en el año 1874 se inició ia fundación de un conyento en esta ciudad; proy ecto que f ué acogido b e– névolamente por el Excmo. Sr. García Mor eno según la carta que transcribimos antes. Enton ces los moradores de Tulcán par a realizar su tan atariciado proyecto pidieron autorización a las Au toridades civi,l y e~ esiástica. Solicitgd al Excelentísimo Sr. Presidente \ "Exm·o. Señor : Innumerables y magn íficos han sido los ser vicios dispensados a la Humanidad por las Ordenes Reli– gic~s; y ·en los tiempos .que alcanzamos, el influjo de ellas es reclamado por la necesidad y conveni encic d e ambas socieda- des civil y e cl!:'siá tica. · "Si el E cuador permanece tranquilo contemplando desde el puerto de salud el naufragio universal ; e$ necesario que aún a costa de inmensos sacrificios, cons2rve el depósi to de la fe, la preser ve d e la tormenta y salve de este modo Jús 'más preciosos intereses que se le han confiado. Sin las Insti– tuciones Monásticas no es dable alcanzar la perfección moral , que, erl la época p resente, es de vital impor tancia al Gobier– no y a los súbdi tos, para que no se relaj en los vínculos so– ciales , ni se desborden las Instituciones al dislocars._e la base d e la educación católica . "En ningún punto de la República convien e tanto que se funden conven tos de reguilar es como el Can tón Tulcán, llama– do a ocupar más tarde un asiento dis tingl.lido en el otro ex– tremo de la línea ecua toriana; situado a la en trada del Ecua– d ~.1;, como para s·ervir de c~ntinela en las puertas del Nor te; y expuesto a verse envuelto en e l torbellino que se levanta en playas vecinas; neces ita escudarse con sanas ideas para consultar su bien; necesita el ej empJo y lecciones que dan los r eligiosos p ar a formar buenos ciudadanos, íntegros m agistra– dos y celosas a u toridades. "Es imposible expresar la compJacencia y grati tud con que r ecor damos a los Capuchinos, que tantos y predilectos bienes nos h an dispensado en las misiones; y por Jo cual han llegado a ser e l a lma y corazón de este puebJo, que en testi-

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