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la comunidad de Sangüesa se disolvió por orden guberna– mental, pasando más tarde la propiedad del convento al ayuntamiento. Un año antes de nuestro siglo, lo compró una de las tres ramas franciscanas, la de los Frailes Me– nores Capuchinos». Tras más de cuarenta años de parén– tesis volvía a florecer en nuestra ciudad la vida franciscana. Es a través de los Capuchinos como la Sangüesa del siglo XX ha participado del espíritu, exigente y humani– tario, de Francisco de Asís. Anécdotas y experiencias mil anidan en la memoria individual y colectiva de la ciudad. Cordígeros, terciarios, tarsicios o adoradores noctur– nos ... han sido los sangüesínos en su versión franciscana. Se han divertido en el cine mudo del P. Gumersindo, quien con sus aclaraciones adecentaba situaciones de la pantalla, entre el griterío de los críos, que podían entrar en la sala merced a la «Asistencia», verde aval de haber estado en misa. Han formado su sentido moral en los confesonarios te– midos de un P. León o de un P. Sebastián, que no impar– tían así como así la absolución, y en el confesonario, más apetecido y multitudinario de un P. Colino, de mentalidad más abierta. Han aprendido a preocuparse por otros mundos, más necesitados, trabajando en el Ropero Misional. Han salido de excursión con los frailes, primero a pie, pero con el auxilio de su carro, que recogía a los mocetes cansados. Se han entusiasmado con los sermones de un P. Isidoro o de un P. José Luis. Han visto en un Fray Carmelo, sonriente y popular, el arte de mendigar el pan en las casas pudientes. Se han estrenado en el arte dramático en las veladas domingueras del Centro Mariano. Se han vestido las mocetas de pasto– ras, falda colorada, sombrero de ala levantada, sandalias de badana, gayeta florecida, para acompañar a la Divina Pastora. Y los mocetes han portado, por el Prau, al niño Francisco . Mientras que los mozos han lavado la «colada» de fiestas, en las «cuarenta horas». Sin recurrir a tiempos más recientes, de bachilleres y corales, los sangüesinos han conocido directamente el es-